Según algunas creencias, el destino de un ser humano, tanto en su vida actual como en sus futuras reencarnaciones, esta prefijado por el conjunto de sus acciones y pensamientos, es decir, el karma. El karma es, por tanto, una continua evolución, un constante devenir, que no se detiene hasta que el hombre se libera, gracias a la elevación moral, de las cadenas de las reencarnaciones. Esto nos lleva a pensar en las sabias palabras que dijo Jesús: "Lo que sembréis, cosechareís". El karma: es el resultado del uso de la vida a través del tiempo. Es el efecto de lo que hemos decidido libremente hacer, pensar, sentir e irradiar a la vida, a través del uso de la energía de Dios.
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